Wednesday, 01 de May de 2024


+ Obama: agenda geopolítica oculta + Como Bush, no Mr. Congeniality




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Si la nota del lunes del The New York Times contra un general divisionario de México formó parte de una estrategia de desestabilización y de seguridad nacional de la Casa Blanca contra México, entonces hay que echarle una mirada a la consolidación de la geopolítica imperial de la administración Obama.  

 

Detrás de la imagen de Mr. Simpatía --Mr. Congeniality, le puso un escritor del The Washington Post-- que le han endilgado sectores ahora dependientes del gasto público y no pocos del centro-izquierda de México y el mundo en realidad se oculta un presidente de la recuperación del papel hegemónico militar y de seguridad de los Estados Unidos en la línea de George W. Bush.

 

 

Una lista de sucesos perfilan el doble rostro del gobierno de Obama: de un lado, el neopopulismo al estilo chavista con los pobres aunque a costa de las finanzas públicas; de otro, el autoritario al que la Corte Suprema ya le determinó que violó la Constitución al hacer nombramientos en receso del Congreso, el que persigue a la prensa crítica y la culpa de la “crispación” y el que se ha dibujado como el Bush demócrata aprobando violaciones de derechos en la lucha contra el terrorismo.

 

 

Los datos están a la vista:

 

 

--El periódico The Guardian acusó al The New York Times y al The Washington Post de complicidad con la política antiterrorista violatoria de derechos humanos del gobierno de Obama al ocultar reportes confirmados sobre la base de drones --aviones espías, asesinos y de guerra no tripulados-- en Arabia Saudita. Aquí salta a la vista la relación entre los reportes del NYT contra México de esta semana y la forma en que el mismo diario oculta información para complacer a la Casa Blanca. No sería la primera vez: en 1961, a petición directa del presidente Kennedy --otro carismático y populista demócrata--, el publisher del NYT Orvil Dryfoos aceptó la autocensura porque beneficiaba a la invasión patrocinada por la CIA a Cuba en Bahía de Cochinos. Este sería otro escenario para leer los textos del NYT sobre países que son prioridad de seguridad nacional para Washington.

 

 

--Obama ha mantenido, extendido y aplicado las leyes patrióticas de George W. Bush en la lucha contra el terrorismo. Esta semana se publicó en los EU el documento del Departamento de Justicia de dieciséis páginas (http://msnbcmedia.msn.com/i/msnbc/sections/news/020413_DOJ_White_Paper.pdf) en el que avala el uso de la técnica de tortura conocida en México como “submarino mojado” --sumergir la cabeza de un preso en agua hasta casi ahogarlo--, exactamente la que aquí aplicaba la Dirección Federal de Seguridad contra disidentes y que entonces enseñada justamente por asesores de la CIA. El ahora ex secretario de Defensa, León Panetta, aceptó que el waterboarding condujo al refugio de Osama bin Laden.

 

 

--La revelación del “permiso para matar” fue hecha esta semana por el periodista Michael Isikoff --el que reventó en 1998 el caso de Mónica Lewinsky-- al circular en NBC News la información --versión de Commentary-- de que “un memorándum confidencial del Departamento de Justicia llega a la conclusión de que el gobierno de los EU puede ordenar el asesinato de ciudadanos estadounidenses si se cree que son los principales líderes operativos de Al Qaeda o “una fuerza asociada” incluso si no hay inteligencia que indica que están involucrados en un complot activo para atacar a los EU” y tan sólo si se sospecha de una inminente “amenaza de un ataque violento contra los Estados Unidos no requiere que los Estados Unidos tienen una clara evidencia de que un ataque específico contra personas e intereses estadounidenses se llevará a cabo en el período inmediatamente futuro”. Serían asesinatos con falta de juicios legales. En septiembre del 2011 fue asesinado Ayman al-Awlaki, ciudadano estadounidense identificado como líder de Al Qaeda en la Península Arábiga.

 

 

--El asunto de los drones o aviones no tripulados se convirtió también en tema de debate en asunto de seguridad nacional por su uso criminal. En la segunda semana de diciembre pasado uno de esos aparatos asesinó a Al Kuwaiti, considerado sucesor del actual jefe de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, fue asesinado mientras desayunaba.

 

 

--Pero Obama había prometido otra cosa en sus primeros discursos: “permítanme ser claro: estamos realmente en guerra con Al Qaeda y sus afiliados. Necesitamos actualizar nuestras instituciones para hacer frente a esta amenaza. Pero hay que hacerlo con una confianza permanente en el Estado de Derecho y el debido proceso, en pesos y contrapesos y rendición de cuentas. Por razones que voy a explicar, las decisiones que se tomaron durante los últimos ocho años (los de George W. Bush) han definido un procedimiento ad hoc legal para la lucha contra el terrorismo que no era ni efectivo ni sostenible --un marco que no depende de nuestras tradiciones e instituciones jurídicas prueba del tiempo, y que no pudo utilizar nuestros valores como una brújula”. Pero Obama ha aplicado los mismos mecanismos de Bush.

 

 

--Para evitar el escrutinio público, el gobierno de Obama cuadruplicó el número de firmas necesarias de ciudadanos para exigir explicaciones a la Casa Blanca, subiendo de veinticinco mil a cien mil.

 

 

--Ante el acoso de la prensa exigiendo información y haciendo preguntas incómodas, Obama oculta información, elude conferencias de prensa y emprende campañas de desprestigio contra los medios acusándolos de crispar el ánimo nacional. De manera significativa, Obama ha usado declaraciones públicas para atacar a Fox News por la cobertura de asuntos políticos que no son de su agrado.

 

 

--El periodista Dana Milbank, del The Washington Post, le puso a Obama Mr. Congeniality por sonreír y al mismo tiempo golpear. Y la premio Pulitzer Maureen Dowd, en el NYT, definió el carácter de Obama en su primera conferencia de prensa en enero pasado: “arisco, regañón y autocompasivo”, casi acusando a sus detractores de armar complots contra él.

 

 

En este escenario de agudizamiento del enfoque de seguridad nacional geoestratégico y con el terrorismo ocupando el motor de las decisiones imperiales que antes tenía el comunismo en la guerra fría se sitúa la ofensiva de Obama contra México vía el NYT para subordinar la seguridad nacional mexicana al paraguas estadunidense, como antes, como en los tiempos de los republicanos más duros e intervencionistas.

 

 

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